Author Archives: Jaume
Existiendo estos libros no hay Jornadas Liber que valgan
Silvia Senz y Montserrat Alberte (eds.): El dardo en la Academia. Esencia y vigencia de las academias de la lengua española, 2 vols. (vol. I: 736 pp.; vol. II: 640 pp.), Barcelona: Melusina, 2011. ISBN: 978-84-96614-97-0; ISBN vol. 1: 978-84-96614-98-7; ISBN vol. 2: 978-84-96614-99-4. más información en: http://addendaetcorrigenda.blogia.com/2011/112501-el-dardo-en-la-academia-melusina-descripcion-historia-y-guia-de-lectura.php
Javier Jiménez y Manuel Gil: Efímeros instantes, todos los post de paradigma libro. Edición no venal. Más información en: http://antinomiaslibro.wordpress.com/2012/03/21/efimeros-instantes/
El resto es la colección de Trama Editorial Tipos móviles, toda la información la podéis encontrar en: http://www.tramaeditorial.es/Shop/Product/List?ProductCategoryID=11
Liber 2012. Aspectos negativos 1: el lugar
Estos días se ha celebrado en Hospitalet de Llobregat la Feria del Libro Liber. Una feria para profesionales del mundo del libro en castellano. Aquí Liber, aquí mis lectores y lectoras. Presentaciones hechas quería apuntar unas pequeñas reflexiones a lo largo de varias notas al margen.
En esta primera quiero hablar del lugar físico donde se celebra el Liber. Aún no entiendo por qué razón se hace en la Fira Gran Via en Hospitalet de Llobregat, estando vacía la Fira de Montjuïc de Barcelona. Esta segunda tiene pabellones de muchos tamaños, es mucho más céntrica (bueno, está en Barcelona, para empezar), y supone menos movimiento (y menos gasto) para los asistentes. Pero en realidad me pregunto si tiene sentido como feria en sí misma. Aún creo que es necesaria su celebración, pero ¿hay algo que no se podría hacer en el vestíbulo del palacio de congresos o alguno de los pabellones pequeños de la Fira de Montjuïc? Es más, ¿hay algo que no podría hacerse en un hotel con salones de convenciones? Estoy seguro que sería mucho más barato, no obligaría a las administraciones a tener la presencia exagerada actual y sería mucho más cómodo para todos. No entraré en el último tema de controversia (bueno va, sí…), el precio de la entrada, no veo yo algo que justifique multiplicar por infinito (antes de vociferar repasen sus libros de aritmética y álgebra) el precio de la entrada a esta feria profesional, que ya pagamos por otros lados, seamos o no editores (los editores agremiados además pagan una parte con su cuota de castigo). Yo ya dije que si tenía que pagar entrada no iría. No la pagué y por eso entré. De hecho, lo normal era ver una acumulación de gente ante las puertas de control esperando a alguien que saliera a darles una acreditación para entrar sin pagar. He pagado 400 dólares para asistir a un congreso que realmente vale la pena (y es barato) cuya edición del año pasado era de asistencia gratuita (sin contar avión, alojamiento y demás). Con lo que quiero dejar claro que no soy de los que lo piden todo gratis, pago por algo que vale la pena, si me lo puedo permitir. 30€ por el Liber, a día de hoy, no está justificado.
Iremos desgranando otras ideas los próximos días en otras notas al margen. Stay tuned.
Afortunadamente
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—Afortunadamente [refiriéndose a una chica que lee], los casos extremos como ella no aparecen a menudo. Sabemos cómo eliminarlos en estado embrionario. No se puede construir una casa sin clavos ni madera. Si no quieres que se construya esa casa, esconde los clavos y la madera. Si no quieres que un hombre se sienta políticamente degraciado, no le enseñes dos aspectos de una misma cuestión, pues le preocuparás, enséñale solo uno. O, mejor aún, no le muestres ninguno. Haz que olvide que existe una cosa llamada guerra. Si el gobierno es poco eficiente, excesivamente intelectual o aficionado a aumentar los impuestos, que lo sea pero sobre todo que la gente no se preocupe por ello. Paz, Montag [nombre del protagonista]. Dale a la gente concursos que puedan ganar recordando la letra de las canciones más populares, o los nombres de las capitales de estado o cuánto maíz produjo Iowa el año pasado. Atibórrala de datos no combustibles, lánzales encima tantos «hechos» que se sientan abrumados, pero totalmente al día en cuanto a información. Entonces, tendrán la sensación de que piensan, de que se mueven sin moverse, y serán felices, porque los hechos de esta naturaleza no cambian. No les des ninguna materia delicada como filosofía o sociología para que empiezen a atar cabos. Por ese camino se llega a la melancolía. Cualquier hombre que pueda desmontar un mural de televisión y volver a armarlo luego (en la actualidad, la mayoría de los hombres pueden hacerlo) es más feliz que cualquier otro que trate de medir, calibrar y cuestionar el universo, que no puede ser medido ni cuestionado; ese hombre se sentirá como un salvaje y muy solo.
Ray Bradbury, Fahrenheit 451
DEBOLS!LLO, 2012, Barcelona
Curiosamente
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En definitiva, cambian procesos, cambian conocimientos, cambian perfiles, pero se mantienen profesiones. Curiosamente esto es lo contrario que pregonan los canonizados gurús del libro digital. Curiosamente lo que dicen es que las nuevas profesiones del libro tienen su perfil [...] tecnólogo o mercadotécnico. Qué curioso.
«El editor eficiente», Trama & Texturas n. 18
Trama Editorial, Madrid, septiembre 2012
PH muy alto
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Hablando de no sé que persona uno le ha dicho al otro:
— Tiene un PH muy alto, no da para más.
— ¿Cómo?
— Que es muy básica, le faltan un par de minutos de cocción…
Oído mientras iba de casa al trabajo, lo más triste es que he entendido perfectamente lo del PH alto (en substancias básicas o alcalinas, como la lejía), y la química de verdad que es la única asignatura que he llegado a odiar en mis estudios, especialmente la química orgánica.
Principio de Hanlon
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«Nunca le atribuyas a la maldad lo que puede ser explicado por la estupidez»
Entrada en la Wikipedia:
http://es.wikipedia.org/wiki/Principio_de_Hanlon
Visto hoy en facebook, supongo que no necesito decir de qué iba el tema
Cosas que a lo largo de los últimos cincuenta años se han considerado tremendamente subversivas
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Ésta es una breve lista de las cosas que a lo largo de los últimos cincuenta años se han considerado tremendamente subversivas: llevar el pelo largo un hombre, llevar el pelo corto una mujer, dejarse barba, la minifalda, el biquini, la heroína, la música jazz, el rock, la música punk, la música reggae, el rap, los tatuajes, dejarse crecer el pelo de las axilas, el grafiti, el surf, el monopatín, el piercing, las corbatas estrechas, no llevar sujetador, la homosexualidad, la marihuana, la ropa rota, la gomina, el pelo cortado en cresta, el pelo afro, tomar «la píldora», el posmodernismo, los pantalones de cuadros, las verduras orgánicas, el calzado militar, el sexo interracial. Hoy en día, todos los elementos de esta lista salen en el típico vídeo de Britney Spears (con la posible excepción del pelo bajo las axilas y las verduras orgánicas).
Joseph Heath y Andrew Potter,
Rebelarse vende. El negocio de la contracultura,
Taurus, Madrid, 2005, p. 173.
Citado en La revolución divertida,
de Ramón González Férriz,
Debate, Barcelona, septiembre 2012.
Sobre el IVA de los eBooks
Una reflexión: si el IVA de los libros electrónicos es el normal (el 21%) por el hecho que se considera un servicio, ¿el debate no debería plantearse en el hecho de que el libro electrónico se considere eso, un servicio? Llevando un poco más a fondo la cuestión se me antoja que el hecho que un libro electrónico lleve DRM lo convierte en un servicio, no en un producto, de hecho es un alquiler bajo cláusulas abusivas (todos los DRM). Al contrario un libro electrónico normal (sin DRM) es un libro, por lo tanto debería equipararse al libro impreso en papel por lógica.
Des de el punto de vista racional, formal y abstracto creo que el debate debería ir por este lado ya que un servicio siempre llevará el 21% (o al que lleguemos) de IVA.
En resumen, mi tesis de hoy es que un libro con DRM debería llevar el 21% de IVA y el normal el 4% (Normal y superreducido respectivamente).
EDITO: por twitter puntualizan que legalmente no está considerado exactamente un servicio, aprovecho e iré adjuntando los enlaces que me paséis (yo llevo horas buscando en la Ley del IVA).
Roberto Yanguas me hace llegar este documento, “el informe sobre servicios digitales del Grupo de Ámsterdam, lo más avanzado en legislación hasta ahora” [PDF]: http://www.ivir.nl/publications/helberger/Digital_content_services_for_consumers_1.pdf
He encontrado en una web de dudosa fiabilidad este párrafo en la lista del IVA superreducido:
G) Libros, periódicos y revistas sin contener única y fundamentalmente Publicidad y elementos complementarios que se entreguen conjuntamente por precio único si su coste de adquisición es menor o igual 50% p.v.p.
- Se incluye:
Albumes.
Partituras.
Mapas.
Cuadernos de dibujo.
Objetos que únicamente puedan ser utilizados como material escolar.
- Se excluye: Artículos y aparatos electrónicos.
El monopolista
Igual es cierto, igual no. Os voy a contar una historia:
Corrían los 80 (del siglo pasado), una industria creciente, pongamos la de alpargatas (por decir una) y dinero que corría. Mucho dinero. Las alpargatas necesitaban de muchos profesionales, los que hacían la cuerda, los que la cosían, los que fabricaban telas, los que le daban forma, los que cosían la alpargata, los que la diseñaban, los que elegían los colores, los que la empaquetaban, distribuían, vendían, etc. Vamos a centrarnos en una de esas profesiones, los que cosían las cuerdas para hacer las suelas.
En una ciudad, pongamos por caso Barnacity (el escenario ficticio de Fanhunter), se concentraban numerosos fabricantes de alpargatas, los más importantes de buena parte del mundo, con exportaciones a porrones, mucho mercado interno, etc. Los profesionales que se agolpaban alrededor de esos fabricantes crecían sin parar, todos bien pagados, con mucho trabajo y con excelentes resultados.
Pero había uno, conocido porque todo le daba igual, que quería más, creía que podía hacer todas las suelas que el sector necesitaba y, confiando en su determinación, fue a los fabricantes uno por uno ofreciendose a hacer todas las suelas por la mitad de precio que los otros proveedores, su objetivo era hacerse una casa en el campo, y nada ni nadie le iba a sacar esa idea de la cabeza. Algunos de esos fabricantes, que se fijaron más en la parte de “mitad de precio” que en nada más, aceptaron tal propuesta y firmaron acurdos de exclusividad con este señor al que todo le daba igual.
Este señor adquirió un ritmo cosiendo suelas que pronto necesitó otros para que les ayudaran, especialmente aquellos que antes trabajaban para los clientes que ahora el señor en cuestión (ese que todo le daba igual) tenía en exclusiva. Y así fue creciendo con el tiempo.
El problema es que este señor, para que esa mitad del precio le saliera rentable, tenía que entregar suelas mal hechas, con lo que los clientes exigían la calidad habitual. Este señor rehizo esas suelas y empezó a entregar suelas de calidad más aceptable. El problema es que coser esas suelas con una calidad aceptable le suponía que pagaba más por hacerlas de lo que cobraba al cliente con lo que se vio en poco tiempo con deudas por todos lados, sin entrada de nuevos clientes, perdiendo acuerdos y, en definitiva, a punto de cerrar su negocio.
En estos momento a este señor se le apareció un ángel (ahora se llama bussiness angels) con dinero, mucho dinero, se hicieron amiguitos (¡este angelito tenía cuatro casas! el señor que todo le daba igual pensó que algo se le contagiaría si se acercaba) y maquinaron la siguiente parte de la historia.
El angelito del alma este era una persona muy importante dentro de la mayor fábrica de alpargatas de Barnacity, tenía muy buenos amiguitos del alma en todo el sector alpargatero, un sector al alza y con muchísimo dinero, pero que mucho mucho. Su nueva estrategia iba a hacer un giro de 180º (360º es volver donde estabas, si quieres girar hacia otro lado son 180º): iban a conseguir muchos clientes, en exclusiva y ¡cobrando más que nadie! No hace falta ser muy lince para ver cómo iban a conseguir ese objetivo.
Bien, el señor este (el que todo le daba igual) empezó a conseguir muchos clientes en exclusiva, empezando por esa gran empresa alpargatera de Barnacity, acabando por muchas otras. Al abarcar tanto mercado su empresa tenía 10 veces más personal que el resto de empresas que cosían suelas, y presionó a la baja las retribuciones. El negocio perfecto, cobrar más por un lado, pagar menos por el otro, así pronto se hizo no una casa sino cuatro casas más, una el el monte, otra en la playa, otra en el monte de más allá y otra en las afueras de la ciudad.
Por el camino esa gran alpargatera, que tenía mucho dinero, compró otras alpargateras medianas, de manera que la cuenta de resultados del señor protagonista no paraba de crecer. Cuando firmó ese acuerdo le puso una fecha de caducidad, el año 2013 (¡quién iba a pensar que ese año llegaría en algún momento!).
Cómo los buenos cuentos, no tiene final. El 2013 está a la vuelta de la esquina y se dice que el señor protagonista de esta historia ha sido visto en los despachos de todas las alpargateras de Barnacity, Madrilandia y más allá. Y añaden las malas lenguas que los maletines que acostumbraban a dejarse (qué despistado el hombre…) salían igual.